Una joven de 16 años se encuentra en paradero desconocido después de que una mujer, cuya identidad aún no ha sido determinada, la recogiera en la puerta de su escuela haciéndose pasar por su madre.
El personal del centro educativo permitió la salida de la estudiante sin confirmar adecuadamente la relación de la mujer con la menor, lo que ha desatado una ola de críticas hacia los protocolos de seguridad de la institución.
La adolescente, cuya identidad permanece bajo reserva por razones legales, ya había protagonizado episodios similares de desaparición, en los cuales se ausentaba voluntariamente para reunirse con su pareja sentimental.
En una de esas ocasiones anteriores, fue agredida físicamente por el mismo joven, según consta en denuncias presentadas por sus familiares. Estos temen que nuevamente se encuentre con él y que su integridad esté en riesgo.
El suceso tuvo lugar recientemente, en horario escolar, a las afueras de una institución educativa ubicada en una zona urbana no especificada por las autoridades para proteger la privacidad de la menor.
La salida no autorizada de la joven ocurrió sin que se aplicaran mecanismos de verificación mínimos por parte del colegio, lo que ha generado un fuerte cuestionamiento público.
El caso pone en el centro del debate la responsabilidad de los establecimientos educativos en la protección de menores de edad. También expone las consecuencias de relaciones afectivas marcadas por el control, la manipulación y la violencia en edades tempranas.
La situación es particularmente grave considerando los antecedentes de maltrato físico que rodean al vínculo de la adolescente con su pareja.
Las autoridades policiales ya están al tanto del hecho y han iniciado operativos de búsqueda para localizar a la joven. La familia colabora activamente con los cuerpos de seguridad e insiste en la urgencia de su localización.
Además, diversos sectores de la sociedad civil y especialistas en protección infantil han exigido al colegio una revisión exhaustiva de sus medidas internas, con el objetivo de garantizar que situaciones similares no vuelvan a repetirse.
El incidente ha reavivado la discusión sobre la necesidad de reforzar los sistemas de control en instituciones educativas y de brindar acompañamiento psicológico y legal a adolescentes que se encuentran en contextos de riesgo afectivo o familiar.
Una chica ingeniosa dijo una frase para salvarse cuando un tipo malo se le acercó.
Una adolescente de la ciudad de Ridley, Pensilvania, EE. UU., escapó rápidamente de una situación peligrosa cuando caminaba sola por la calle y fue abordada por un hombre que le dijo palabras groseras
Mientras la niña caminaba sola, un hombre desconocido, con una botella de vino en la mano, se le acercó y le preguntó: “¿Tienes miedo?”. La niña no respondió, pero el hombre continuó acosándola sexualmente.
Al descubrir el incidente, el señor y la señora Bill y Tina Moss, propietarios de una pequeña tienda cercana, se quedaron observando el incidente para poder intervenir y ayudar a la niña si fuera necesario.
En ese momento, de repente, oyeron a la niña gritar: “¿Es la tía Rachel?”. La señora Tina entendió la señal y respondió de inmediato: “Soy yo, ¿qué pasa?”.
La adolescente fue ingeniosa y se salvó del peligro (Ilustración: iStock).
Los Moss llevaron a la niña a la tienda para evitar el peligro. Sin embargo, el hombre la siguió hasta la tienda y golpeó la puerta de cristal.
El Sr. Bill Moss cerró la puerta inmediatamente y llamó a la policía. Todo el incidente quedó grabado por la cámara de seguridad de la tienda.
La policía de Ridley confirmó que el hombre que se acercó a la niña fue arrestado de inmediato y será acusado de hacer declaraciones indecentes a una menor.
El incidente fue posteriormente reportado por los medios locales como una historia de “buenas acciones a nuestro alrededor”, para que la gente de la comunidad pudiera apoyarse más mutuamente. Al mismo tiempo, esta experiencia también ayuda a padres y adolescentes a adquirir más experiencia para afrontar situaciones peligrosas con flexibilidad.
Tras enterarse del incidente, la madre de la niña, Christina Pino, acudió a la tienda para agradecer a los Moss. A través de los medios locales, Pino también hizo un llamado a los padres y a la comunidad a mantenerse alerta.
Al hablar con los medios sobre el reciente incidente, el Sr. Bill Moss declaró: «Somos personas normales, padres. Queremos que los niños crezcan seguros. Si presenciamos un peligro que afecta a un adolescente, estamos listos para ayudar».