“¡Inesperado! Lucha Villa a los 88 Años Revela la Historia Más Triste de Su Vida y d…ver más

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“¡Inesperado! Lucha Villa a los 88 Años Revela la Historia Más Triste de Su Vida y d…ver más

Lucha Villa y las secuelas irreversibles de la tragedia que apagó su deslumbrante carrera

En la farándula mexicana pocas figuras ha habido como Luz Elena Ruiz Bejarano (Camargo, Chihuahua, 1936), más conocida como Lucha Villa, legendaria cantante de gran presencia y actriz de notable instinto, tenía una belleza particular que la hacía destacarse en cualquier lugar.

Esto, junto con su estatura (1.75, que para el promedio mexicano la hacía una mujer usualmente más alta que sus compañeros de escena) no solo le valió ganarse el afectuoso apodo de ‘La grandota de Camargo’, también le generó una inseguridad que fue creciendo y a la larga la llevó a sufrir una dismorfia corporal que buscó remediar mediante la cosmética, lo que ella consideraba defectos físicos (sus caderas, su cintura, su peso y hasta su estatura), aunque esta inseguridad la ocultaba ante el público, mostrándose siempre como una norteña grande, echada para adelante y muy segura de sí

 

 

Además de cantar — su primera grabación fue en 1961, ‘La media vuelta’, que años más tarde regrabó Luis Miguel— y tener temas inolvidables de grandes compositores, como Juan Gabriel, ‘Ferrusquilla’, José Alfredo Jiménez o Rubén Fuentes, como ‘No discutamos’, ‘A medias de la noche’, ‘Amanecí otra vez’, ‘Qué bonito amor’, ‘Tú a mí no me hundes’ ‘De parte de quién’ y ‘Cielo rojo‘, entre otras, que la hicieron una favorita en la radio y tener un gran seguimiento que la acompaña, incluso ahora que lleva casi 30 años retirada.

Por otra parte, Lucha además fue una gran estrella de cine y por mérito propio, trabajando con grandes directores como Roberto Gavaldón o Luis Alcoriza, que en 1972 la llevó a ganar el Ariel como mejor actriz por su trabajo en el clásico filme ‘Mecánica Nacional‘ en el que representaba, al lado del gran Manolo Fábregas a una abnegada madre de familia y esposa de un mecánico machista e ignorante que la humilla.
Su segundo Ariel le vino en 1978 por ‘El lugar sin límites‘, de Arturo Ripstein, en la que interpretó a ‘La japonesa’, como una madame que se hace de la vieja casa que le alquila como burdel al cacique del pueblo (Fernando Soler) al ganarle la apuesta de llevarse a la cama a ‘La Manuela’, el travesti homosexual personificado por Roberto Cobo ‘Calambres’, ambos en las mejores actuaciones de su vida. 

Sus últimos dos filmes relevantes datan de 1993; la insólita ‘Encuentro inesperado‘ dirigida por Jaime Humberto Hermosillo donde interpreta a una diva de la canción que es cuestionada por su mucama (una formidable María Rojo), que puede o no ser su hija ilegítima; y ese mismo año se estrena la aclamada ‘Lolo’, de Francisco Athié, donde encarna a la miserable pepenadora doña Rosario, un personaje que no tenía nada qué ver con su glamour personal, ganándose el premio de la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York (ACE) como mejor actriz de reparto.

 

 

 

La fatal operación tuvo lugar el 14 de agosto de 1997, y le fue practicada en Monterrey. Encabezó la intervención el cirujano plástico Eugenio Pacceli, quien fue objeto de la querella legal que interpusieron los tres hijos de Lucha: Rosa Elena, Carlos Alberto y María José, a raíz de esta mala praxis.

Según reportaron medios de la época, durante el procedimiento de liposucción, la paciente cayó en paro cardiorrespiratorio y la anestesióloga procedió a aplicar maniobras, pero se presentó asistolia y el corazón comenzó a fibrilar; la artista fue llevada al Hospital Muguerza de la capital de Nuevo León y al ser admitida en urgencias se indicó que su cerebro había durado menos de dos minutos sin oxígeno, lo que después fue debatido por los médicos que le salvaron la vida, quienes dijeron que dado el daño al córtex del cerebro, la intérprete había pasado más de cinco minutos sin irrigación sanguínea en sus neuroconductores.

Al cabo de nueve días del incidente, el doctor Pacceli aceptó hablar con los medios de comunicación que se agolpaban en la clínica de Monterrey, para conocer el estado de salud de Lucha y cómo ocurrieron los hechos. Categóricamente el galeno rechazó que su clínica careciera del equipo necesario para realizar el procedimiento, de paso aceptando ser el único responsable del percance.

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Título: Todos los mayores deberían ver este video…

Por Redacción | Conexión Humana

En un mundo que avanza a una velocidad vertiginosa, donde la tecnología y las nuevas generaciones marcan el ritmo del día a día, hay algo que se está perdiendo lentamente: la conexión emocional con nuestros mayores. Esta semana, un video se ha hecho viral en redes sociales por una razón muy poderosa: recuerda una verdad que muchos han olvidado.

El video, de apenas cinco minutos, muestra a un hombre mayor sentado solo en un banco de parque. A su alrededor, la vida transcurre rápidamente: jóvenes que pasan corriendo, personas que miran sus teléfonos sin levantar la vista, niños que juegan sin prestarle atención. De fondo, una música suave acompaña las imágenes mientras una voz en off dice: “Todos fuimos niños. Todos fuimos jóvenes. Pero no todos tendremos quien nos recuerde cuando envejezcamos.”

Lo que sigue es una serie de escenas que muestran la vida del anciano: fotos antiguas, recuerdos de su juventud, momentos con su familia, hasta llegar al presente, donde su soledad es evidente. Sin palabras, pero con una carga emocional profunda, el video logra tocar fibras sensibles. Al final, una frase simple pero poderosa aparece en pantalla: “Escucha. Abraza. Acompaña. Antes de que sea tarde.”

Miles de usuarios han comentado el video con frases como “Me hizo llorar”“Llamé a mi abuela después de verlo”, o “Deberíamos enseñarlo en las escuelas.” Y no es para menos. En una sociedad que muchas veces invisibiliza a los adultos mayores, este video es un llamado urgente a la empatía, al reconocimiento y, sobre todo, al amor.

Expertos en psicología del envejecimiento han resaltado la importancia de mantener vínculos afectivos con los mayores. “La soledad en la tercera edad no solo afecta emocionalmente, sino que también tiene consecuencias físicas. La conexión humana puede ser tan importante como cualquier medicina”, afirma la doctora Elisa Méndez, gerontóloga.

 

Pero más allá de las estadísticas o los estudios, lo que este video ha logrado es lo más valioso: detener por un momento el ritmo frenético de las redes sociales para provocar reflexión. ¿Hace cuánto no visitas a tus abuelos? ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste una de sus historias sin mirar el reloj?

Muchos mayores tienen décadas de experiencias, lecciones de vida, anécdotas increíbles y una sabiduría que no se encuentra en ningún libro. Y, sin embargo, muchos de ellos pasan sus días en silencio, esperando una visita, una llamada, una simple muestra de cariño.

Este video no necesita efectos especiales ni grandes producciones. Su impacto radica en lo real, en lo humano, en lo que todos, tarde o temprano, viviremos: envejecer.

Así que, si aún no lo has visto, búscalo. Míralo con calma. Y después, levanta el teléfono, visita a ese ser querido, comparte un momento. Porque como bien dice el mensaje final del video: “Un día, tú también querrás que alguien te mire a los ojos y simplemente diga: ‘Te veo. Estoy aquí.’”

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